Hace unos días llegó a mi pantalla una nota de prensa con unas estadísticas contundentes de cómo el internet viene reduciendo la convivencia familiar; según la nota, el tiempo que compartían los miembros de un hogar oscilaban entre 22.6 y 29.8 horas por mes, hoy en día esta cifra ha caído más del 30% llegando a 17.9 horas mensuales (ver nota de prensa)
Si bien he sido muy escéptico a las estadísticas esta vez confieso que les creo, en mi caso, por muchos tiempo me negué a instalar conectividad en mi hogar por temor a que la red o mejor lo que por allí circula alterara la comunicación familiar, es tan serio el tema de los hogares conectados que países como China cuenta con centros para combatir la adicción a internet, es de tan magnitud este problema que muchos centros de han vistos involucrados en torturas contra los pacientes (Ver nota sobre torturas).
Hoy soy consciente de lo que puede producir un hogar “conectado” si bien la red te vuelve más productivo también te puede alejar de tus seres queridos y más ahora cuando las redes sociales se han convertido en un “espacio” de interacción fundamental no sólo para los jóvenes sino para todos los miembros de la familia.
Aunque la nota publicada por el Universal de México que hace referencia al estudio realizado por el Centro para el Futuro Digital de la Universidad del Sur de California pueda sonar desalentador, no pretendo satanizar la red ni mucho menos el uso de las redes sociales, por el contrario avalo el buen uso y creo en las potencialidades que estas herramientas pueden ofrecer. Para la muestra a continuación les comparto una conferencia y parte del debate con Alejandro Piscitelli sobre “Las Redes Sociales en la Practica” esta vez en contextos educativos.
Conferencia con Alejandro Piscitelli
0 comentarios:
Publicar un comentario